El tiempo que estuvimos en La Habana, Cuba, durante nuestro viaje en crucero por el caribe a bordo del MSC opera, caminamos mucho por la ciudad y pudimos percibir muchos cambios, no sólo en la propia ciudad sino en la gente y su estilo de vida, en la que pudimos ver un cambio bien grande desde la última vez que visitamos La Habana, hace ya dos años y medio, pero eso es otra historia que pronto os contaremos en un artículo sobre La Habana. En esta ocasión no dejamos pasar la oportunidad de realizar una visita a la fábrica de puros de La Habana.

Como ya conocíamos bien la ciudad, decidimos visitar el museo del Ron y Puros de La Habana. Fuimos a través de una excursión que te lleva a la Plaza Revolución, excursión en la que, durante el recorrido en el autobús, te cuentan un poco sobre la ciudad y posteriormente te llevan a una fábrica de puros, de la que no recuerdo el nombre, lo que sí sé es que no se trataba de la famosa Real Fábrica de tabacos Partagás.

Cuando llegamos a la fábrica de puros de La Habana, lo primero que recibimos fue una advertencia, «nada de cámaras ni de hacer ningún tipo de foto en el interior y nada de bolsos ni bolsas (supongo que para no llevarte nada del interior), así que, hay que dejarlas en el autobús -eso sí, llevar dinero para la tienda-«, algo que es muy respetable puesto que hay gente trabajando y, hacerles fotos como si fuesen parte de la atracción turística no es de recibo, aún así no pude evitar hacer algunas fotos y vídeos con el teléfono porque creí interesante mostrar cómo se trabaja en las fábricas y sobretodo que veáis que es un proceso delicado, artesanal y bonito. Para la gente que fuma puros le alegrará saber cómo se hacen éstos puros en la fábrica de puros de La Habana, lejos de impresionantes y modernas máquinas. Aquí se fabrican puros con aroma a La Habana señores.

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Aunque teníamos la visita programada a la fábrica de puros de La Habana, la gran cantidad de turistas que había en ese momento visitando la fábrica nos produjo una espera de alrededor de una hora, hora que amablemente nos invitaron a pasar en la tienda de puros y ron cercana –que estaba igualmente hasta la bandera-, y dónde, a pesar de que no soy ni fumador ni gran consumista de ron, me fascinó ver la gran cantidad de puros y tipos de ron que hay en Cuba. Me sorprendió ver que incluso la guía de nuestro grupo se puso a vender en la propia tienda … en realidad y aunque sea extraño, el dinero del turismo lo maneja una sola empresa detrás de todo … el gobierno, así que, en realidad todos son empleados del gobierno.

Aproveché el tiempo de espera no sólo para disfrutar de la tienda sino para pasear un poco por el barrio y, una Habana no turística, con gente normal, gente del día a día, gente que sobrevive, gente que te vende los puros muy cerca de la tienda a un precio infinitamente más barato que en la tienda. Me metí en una casa atraído por el arcaico sistema de apertura de la puerta del edificio, una cuerda conectada con todas las plantas, desde la que al tirar, se abría la puerta de abajo, subí una planta en el edificio y vi las casas abiertas y su sencilla vida; familias en pequeños espacios, patios interiores plagados de ropa, … sencillamente fue un momento muy interesante, fue cuando me alegré de la espera que teníamos en la fábrica de tabacos.

La visita a la fábrica de puros de La Habana dura unos 30 minutos y es una auténtica locura de gente, al menos en el recibidor, donde además hay un fuerte olor a … no sé describirlo, quizá fuese una mezcla de diferentes aromas de tabaco, un edificio viejo, el calor en el interior y muchos desagües bajo nuestros pies. Demasiados grupos de personas, poca coordinación, creo que con la llegada de cruceros a La Habana y el consecuente incremento de turistas en Cuba y en particular en La Habana, ha provocado que estén totalmente desbordados, nunca hasta la llegada de los cruceros de MSC al puerto de La Habana, ha habido tantos turistas en la capital cubana.

Lo que yo pensaba, sería una visita de éstas que dices «pitxi, pitxa«, en realidad me encantó, aprendí mucho, no sólo sobre puros sino de historia, de cómo trabajan, de cómo es un lugar donde se fabrican puros para el resto del mundo, de cómo es la gente que los hace con sus propias manos. En ésta fábrica de puros de La Habana se hacen puros desde su apertura en el año 1902 y hoy en día se siguen haciendo puros para todas las marcas, como por ejemplo –entre las más conocidas– Cohiba, Monte Cristo, Romeo y Julieta, … nombres de los que hablaré más abajo.

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Cada marca y habano viene de hojas diferentes, con una misma planta se hacen puros para diferentes marcas, pero, ¿cuál es la diferencia entonces?, la diferencia de sabor depende de la hoja que se use de una misma planta, el sabor es diferente por muchos factores, dependiendo del sol tiene diferente sabor, más calidad cuanto más altas y a más altura están las plantas. La fermentación del tabaco en natural, y posteriormente se deja secar un año.

Respecto a las hojas que se usan para crear los diferentes sabores, aparte de los mencionado arriba, las hojas de la planta y su posición también tienen que ver; cuanto más arriba está la hoja, más nicotina, las hojas de abajo están más secas y tienen mejor combustión, y las de medio más aroma; entonces si se divide una misma planta de tabaco en tres capas, éstas son de arriba a abajo: fortaleza, aroma y combustión. También depende mucho la temperatura y la humedad de la planta, es decir, la zona de Cuba en la que crecen las plantas. Entonces, con las premisas anteriores, las marcas eligen una combinación de hojas para crear sus diferentes puros, con diferentes características.

Cada habano está creado con una tripa de tabaco, que es el cuerpo, en la que se usan unas cinco hojas y un embestido, que es una hoja flexible que recubre el puro. Todo es producto cubano excepto una crema usada en la parte que cierra el puro, se trata de una resina de arce que viene desde Canadá.

Además nos comentaron en la visita que el puro perfecto no se congela como dicen muchos ni se guarda en un sitio cerrado, las condiciones perfectas para mantener un puro es a 20 grados centígrados y un 65% de humedad, con estas condiciones, a los 5 años el tabaco estará mejor.

Como nota histórica interesante, en las salas en la que hay personas fabricando manualmente puros, hay música, según nos contaron es una evolución de lo que se introdujo en las fábricas desde el año 1865, cuando existía la figura del «lector de tabaquería«, una persona que por la mañana mientras todos comenzaban a trabajar, les leía el periódico, con el paso del tiempo se añadió el poner a las 10:45 una novela de radio, novelas leídas y retransmitidas por la radio, a las 2 de la tarde una persona leía libros, novelas de amor normalmente. De éstas novelas nace en 1887 una nueva marca de habanos, «Romeo y Julieta«. La marca «Conde de Montecristo» también viene de las novelas que se leían en aquel momento. Y es que cuando se quería crear una nueva marca, se le ponía el nombre de la novela que se recitaba y leía por aquel tiempo, donde el lector leía en voz alta y usaba un altavoz, además de actuar e interpretar la novela para motivar a los empleados. Esta tradición como he mencionado anteriormente evolucionó hasta hoy con música. Os imagináis hoy en día que con ésta tradición llamasen a una marca de puros «Harry Potter» o … «cincuenta sombras de Grey» ?.

Cuando entras en el edificio de la fábrica de puros de La Habana, vas a un alto recibidor que conecta el resto de plantas, pero en realidad, luego vuelves a la entrada para subir por unas escaleras, donde no hay control ninguno de quién ha pagado y quién no, además con la cantidad de grupos y gente, es prácticamente imposible llevar éste control. En la subida se pasa por los comedores donde los trabajadores toman su descanso por turnos.

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En ésta misma excursión está incluida la visita al Museo Havana Club, un lugar donde se puede ver el proceso completo de transformar caña de azúcar recién cortada en un delicioso ron añejo. Pero debido al tiempo perdido en la visita a la fábrica de puros por la cantidad de gente que había, añadido a que el crucero MSC Opera zarpaba esa misma tarde, decidimos parar la visita y continuar disfrutando de las calles de La Habana.


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2 COMENTARIOS

  1. Me gustaría volver a Cuba. Nosotros visitamos la isla en 1999 y, por lo que comentas, los cambios desde entonces deben ser más que evidentes. Visitamos también una fábrica de puros en Pinar del Río pero ninguna destilería de ron. Este tipo de visitas me encantan porque, aunque estén totalmente enfocadas al turismo, es una buena manera de verlo que, de otra forma sería muy difícil. La foto con el amigo del habano es muy divertida.

    Un abrazo

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