Puerto Maldonado es una maravillosa opción para hacer un viaje completo a Perú, después de playa y montaña, viajar a la selva amazónica de Perú era el broche de oro para nuestro viaje por Perú.

Si pensamos en la parte de selva amazónica de Perú, hay que hablar de dos lugares por excelencia, uno es Iquitos y otro es Puerto Maldonado. Nosotros estuvimos barajando las dos opciones, pero finalmente nos decantamos por Puerto Maldonado por varias razones: La vida salvaje en Puerto Maldonado es bastante más rica que en Iquitos y por la «cercanía» y accesibilidad a ciudades importantes como Cuzco y Lima. Era el lugar perfecto de selva para ahorrar tiempo en nuestro viaje por Perú y tener una buena oportunidad de ver la vida silvestre, incluidos monos, aves, caimanes, tortugas, capibaras y todo tipo de insectos.

Puerto Maldonado es la capital del departamento de Madre de Dios, una ciudad fundada en 1902, y que se encuentra en la confluencia de los ríos Madre de Dios y Tambopata. Es destacable que su población es predominantemente en tribus de bosques nativos dedicados a tareas de extracción de recursos naturales y la industria maderera. En la ciudad hay servicios públicos básicos, pequeños hoteles y restaurantes, un puerto fluvial y un aeropuerto. Puerto Maldonado como tal suele ser solo un punto de tránsito para todos los que viajamos hasta ésta zona de Perú con el objetivo explorar la jungla, lo normal es llegar al aeropuerto y tomar un bote hasta algún lodge en la selva.

Hay dos importantes áreas protegidas repartidas alrededor de Puerto Maldonado, éstas son la Reserva Nacional Tambopata que protege la selva hasta la frontera boliviana. Actúa como una zona de amortiguación alrededor del Parque Nacional Bahuaja Sonene.

La mala comunicación con el resto del país y las difíciles condiciones de vida en la zona han permitido conservar uno de los escenarios naturales vírgenes más sorprendentes en todo el planeta, teniendo áreas naturales protegidas de bosques amazónicos, con características singulares en el mundo.

A la hora de elegir un alojamiento en la selva hay dos opciones predominantes, cada una con diversos lugares para visitar. Las dos zonas son las repartidas por el río Madre de Dios y la zona del río Tambopata. En cada zona hay algo en común, que es la bio-diversidad de la jungla con todo tipo de Monos, osos perezosos … y la vida del río con Capibaras, Caimanes, Nutrias … . En el río Madre de Dios hay una isla repleta de monos y en Tambopata hay una pared repleta de Loros y Guacamayos. Nosotros nos decantamos por la zona del río Tambopata puesto que pertenece a una comunidad Nativa y está gestionado por la gente local en vez de pertenecer a empresas privadas.


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Tanto nosotros como el resto de visitantes, turistas o ahora también «exploradores» llegamos al aeropuerto en Puerto Maldonado, generalmente nos recogen un servicio del propio alojamiento y nos transporta hasta algún lugar del río donde prosigue el viaje en lancha motora hasta el alojamiento o lodge escondido en la selva. Los alojamientos son cómodos y proporcionan una experiencia única y muy cercana a la selva amazónica. La de los alojamientos ofrecen viajes y actividades, como observación de aves, pesca de pirañas y paseos por la naturaleza.

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Muchos alojamientos ofrecen éstas actividades como un extra que debe ser pagado a parte, en nuestro caso contratamos de antemano toda la experiencia desde que llegamos al aeropuerto, incluyendo comidas y actividades durantes los días que estuvimos en Puerto Maldonado, esto lo hicimos con la empresa ExploorPeru antes de llegar si quiera a Perú, puedes contratar la misma experiencia que nosotros AQUÍ .

PUERTO MALDONADO

Puerto Maldonado se desarrolló inicialmente como resultado del auge del caucho a principios del siglo XX, cuando el caucho dejó de ser rentable apareció la explotación maderera y la extracción de oro como las industrias dominantes; estas industrias continúan hoy en día, de hecho la extracción de oro está creando graves problemas ambientales, por suerte y desde hace algunos años el turismo está aumentando mucho en la zona, lo que está ayudando a las comunidades a cambiar su estilo de vida y la manera en la que se explota esta zona. Ahora el turismo está ayudando a que se protejan más zonas y a que la industria del oro y maderera que tiene un alto impacto ambiental cambie por empresas de turismo.

Durante nuestro viaje de 50 minutos en coche desde el Aeropuerto de Puerto Maldonado hasta el muelle situado en la comunidad Nativa Infierno, el conductor nos hizo una introducción al origen de Puerto Maldonado. El nombre de la ciudad proviene en realidad de dos exploradores que tenían el mismo apellido de Maldonado y que exploraron el Río Madre de Dios. Éstos exploradores fueron Juan Álvarez Maldonado, un explorador español que llegó hasta aquí en el año 1567 en busca de oro. Llegó hasta el Río Heath, la actual frontera boliviana, pero perdió más de 200 hombres, así que regresó al Cuzco varios meses después habiéndose vuelto loco y afirmando haber encontrado una ciudad perdida repleta de oro en la selva. Varios siglos más tarde, el Coronel Faustino Maldonado regresó al área con el objetivo de trazar un mapa de la región. Faustino murió en alguna parte a lo largo del río Madre de Dios, pero talló su nombre en un árbol en el cruce de los ríos Madre de Dios y Tambopata, lugar en el que ahora se encuentra la ciudad.

¿SE SEGURO VIAJAR A PUERTO MALDONADO?

En la actualidad el turismo en Perú es bastante seguro, parece que los peruanos se han dado cuenta de que es una gran fuente de ingresos, aunque no puedo decir exactamente cómo es el ir por libre en la propia ciudad de Puerto Maldonado, si bien en cierto que las áreas en las que te mueves en zonas aisladas son seguras, excepto por los problemas que te pueda causar algún animal.

Obviamente siempre hay que tener en cuenta advertencias adicionales y tomar precauciones. Pero nuestra experiencia durante el tránsito por la zona poblada de Puerto Maldonado y al igual que en el resto de lugares que visitamos en Perú, el turismo es seguro.

En cualquier caso, lo primero Y MÁS IMPORTANTE viajando a Perú, es que debes tener, es un buen seguro de viaje, nosotros siempre confiamos en Iati, además hacen un 5% de descuento por ser nuestro lector y si reservas a través de nuestra web AQUÍ. Si viajas sin seguro de viaje y tienes cualquier «imprevisto«, vas a tener que desembolsar mucho dinero. Es mejor viajar con tranquilidad tanto si tienes un problema logístico como médico. Nosotros nunca lo dudamos y siempre viajamos con un buen seguro de viajes. Usa el sentido común cuando no estás en tu país y estás lejos de casa.

MEJOR ÉPOCA PARA VIAJAR A PUERTO MALDONADO

Si bien cada zona de Perú tiene su mejor y peor época para viajar, en ésta parte de Perú la mejor época no es necesariamente la misma que para Lima, de hecho para Puerto Maldonado y la zona amazónica, la mejor época es desde Junio hasta Septiembre.

Las temperaturas promedio en Puerto Maldonado varían muy poco durante todo el año. Teniendo en cuenta la humedad y las templadas temperaturas durante la mayor parte del año, la lluvia puede aparecer en cualquier momento y cualquier época. Los meses más calurosos son octubre, septiembre y noviembre, incluso con la humedad de la zona y la vegetación, puede ser algo asfixiante.

Los meses con mayor turismo en Puerto Maldonado son los de Mayo, Enero y Junio. Tanto los precios de hoteles y los vuelos son algo más caros durante estos meses, aunque puedes ahorrar si planeas tus vacaciones con bastante antelación. Por otro lado es poco probable que los turistas visiten Puerto Maldonado en octubre, siendo por cierto el mes más barato para viajar a Puerto Maldonado.

COMO LLEGAR A PUERTO MALDONADO

La manera más rápida y eficaz es en avión desde Cuzco o Lima, nosotros al igual que la mayoría de los turistas fuimos en un vuelo desde Cuzco como parte de nuestra ruta de viaje por Perú y posteriormente regresamos desde Puerto Maldonado hasta Lima.

Los vuelos directos desde Cuzco tardan menos de 1 hora y los de Lima tardan alrededor de una hora y media. Desde el aeropuerto de Puerto Maldonado y si tu alojamiento o lodge no va a buscarte, puedes tomar un moto-taxi de tres ruedas hasta la Plaza de Armas donde se encuentra el centro de la ciudad, el precio es de unos 2€ .

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Por otro lado, también puedes viajar hasta Puerto Maldonado en autobús desde Cuzco. Si tu presupuesto es algo limitado, o incluso –como sucede muy a menudo– las condiciones climatológicas en Cuzco no permiten la salida de aviones hacia Puerto Maldonado, puedes optar en utilizar el autobús, que es económico, es bastante cómodo y además atraviesa preciosos paisajes por la cordillera de los Andres, pasando por bosques nubosos hasta llegar a selva tropical.

Puedes ver nuestro artículo completo sobre Cuzco AQUÍ.

El viaje en autobús entre Cuzco y Puerto Maldonado es de aproximadamente 12 horas y cuesta en butaca reclinable 160 grados unos 20€, puedes ver todas las opciones y compañías que operan ésta ruta en la web de Redbus AQUÍ.

PERDIDOS EN LA SELVA

Todos los que viajamos hasta Puerto Maldonado en realidad lo que queremos es adentrarnos en la naturaleza, perdernos por la selva y olvidarnos de la vida de ciudad. Si bien eliges la zona del río Tambopata o la zona del río Madre de Dios, el amazonas va a ofrecer experiencias maravillosas y nos va a mostrar la vida salvaje tan y como es.

Nuestra experiencia comenzó realmente cuando esperamos en un pequeño muelle junto al río Tambopata tras 50 minutos en coche desde el aeropuerto, estuvimos esperando unos 30 minutos en el que fue nuestro último contacto con algo de civilización por los siguientes días.

Sabíamos que nos esperaban unos días tranquilos entre naturaleza y con el único ruido de la naturaleza alrededor, pero no esperábamos estar tan aislados y tan alejados de la civilización en cuanto a no tener wi-fi o internet, algo que está bien, el encontrarnos sin cobertura súbitamente fue como desaparecer de la faz de la tierra ya que no tuvimos tiempo de informar a familiares que durante tres días íbamos a estar perdidos y así no preocupar a nadie. Por otro lado, las restricciones de luz por horas, el no tener agua caliente y el que la cabaña estuviese parcialmente abierta hacia la naturaleza nos hizo completamente vernos alejados de la civilización. Esto sin tener en cuenta que si algo nos pasaba o nos picaba, posiblemente habríamos muerto antes de llegar a un hospital.

En cuanto a nuestra experiencia, estaba todo organizado desde el momento en que aterrizamos en Puerto Maldonado. El primer día y tras la comida ya en el alojamiento, caminamos por la selva con botas de agua para evitar picaduras de serpientes y para pasar por grandes barrizales. Llegamos hasta una torre ciertamente poco segura que nos permitía una vista 360 grados por encima de los árboles. Desde arriba y a 35 metros tuvimos una fugaz rayita de cobertura que nos permitió enviar un SMS a familiares para hacerles saber que estábamos bien pero incomunicados.

La torre mirador es una buena idea, pero cuya estructura estaría totalmente prohibida en Europa por seguridad y por la forma en la que está construida, realmente temí por mi vida allá arriba.

A la vuelta paramos en un jardín botánico al aire libre donde descubrimos plantas como el ayahuasca así como otras plantas medicinales entre las que nos dieron a «probar» la hoja del «Cordoncillo«, cuyo efecto inmediato fue el dormirnos la boca a todos. Algo normal cuando es una planta local utilizada como anestésico. Posteriormente probamos unas bebidas realizadas con algunas de las plantas que vimos en el jardín y fuimos a realizar un poco de tiro al arco.

Tras la riquísima cena bien pronto, fuimos por el río en bote en busca de caimanes, donde pudimos ver varios de ellos desde muy cerca e incluso un Capibara, añadido a esto estuvimos durante 5 minutos a la deriva por el río. Apagamos motores y luces, dejándonos llevar por la corriente del río, con un magnífico cielo estrellado y el único sonido de la naturaleza, una experiencia realmente confortante.

La noche fue extraña, no teníamos luz con lo que ir al baño era toda una aventura, además durante toda la noche parecía que (aunque en realidad era así) que estábamos en mitad de la selva, pareciendo que hubiese incluso animales dentro de la habitación, ya que en realidad la cabaña está cubierta pero con una pared abierta, que es la que da a la selva, nuestra única protección era una mosquitera que cubría toda la cama.

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A la mañana siguiente, y ya en nuestro segundo día teníamos prevista una excursión a la Reserva de Tambopata, para lo cual nos levantamos bien pronto. Habíamos comenzado a acostumbrarnos rápidamente a la situación de estar tan alejados en todos los sentidos, de la civilización.

Tras el desayuno a las 6am marchamos río arriba en barca río arriba durante 30 minutos hasta un lago en medio de la selva y a un kilómetro caminando desde el río Tambopata. Tras una caminata bajo la frondosa vegetación donde vimos un par de grandes búhos, tomamos otra barca a remo (para no perturbar el hábitat) en búsqueda de animalitos, si bien no vimos caimanes negros como esperábamos, sí vimos una manada de lobos de río (nutrias) cazando en manada, varias aves interesantes y un grupo de murciélagos durmiendo boca abajo en unas ramas junto al río.

A la vuelta paramos en una zona arcillosa conocida como «la colpa de los loros» donde grupos de coloridos y enormes Guacamayos y loros de varias especies bajan a comer arcilla en grupo, algo que hacen para evitar el dolor de tripa y la mala digestión de comer tanta fruta, el barrio es una manera de depurar su cuerpo. Tras ver ésta exhibición salvaje de color, paramos en un sendero a recoger a una persona, con la suerte de que vimos un oso perezoso en lo alto de un árbol .

Tras la comida y un descanso en el alojamiento, salimos caminado por un lugar llamado «La Trocha de la Posada» donde vimos nuevos animales como un grupo de monos saltando de un árbol a otro (incluso una madre con una cría en brazos). Varias extrañas orugas y hormigas de todo tipo, donde me sorprendió ver las «hormigas corta hojas«, realmente curiosas, me fascinaron de hecho. Multitud de terminas, que crean una carretera o cordón de seguridad entre ellas quedándose paradas mientras otras van por su interior, y si pones un dedo cerca se comienzan a agitar y te escupen una especia de baba gelatinosa que es totalmente inofensiva para los humanos.

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A la mañana siguiente en nuestro tercer día y para culminar nuestra experiencia en la selva, nos levantamos pronto para desayunar y salir hacia el aeropuerto de Puerto Maldonado donde nos esperaba nuestro vuelo con destino a Lima.

CONCLUSIÓN

Si bien la experiencia fue buena en el sentido de olvidarnos totalmente de la civilización y a la vez darnos cuenta de que tenemos de todo allá fuera y que aquí la gente vive con infinito menos, he de decir que aunque la naturaleza aquí es realmente maravillosa, si has estado en países como Costa Rica no esperes sorprendente tanto.

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En cualquier caso estoy contento por la experiencia y creo que todo el mundo debería incluir Puerto Maldonado o cualquier otra zona de selva para tener un viaje completo por Perú.

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